lunedì 30 aprile 2012

Il 37

Ho appeso lo zaino al chiodo, per tre mesi: l'ho fatto per salvarlo dall'umidità. Poi ieri l'ho tirato giù e ci ho cacciato dentro tutto quel che di mio c'era nella stanza. Questa mattina presto (alle dieci, si sa...) abbiamo preso il 37, meno timidamente che tre mesi fa, e ce ne siamo andati.
Abbiamo assaggiato Città del Guatemala, in un breve accenno di vita possibile. A un certo punto, penso io, non ha senso restare oltre, se non per restare davvero.

sabato 28 aprile 2012

Mojoca Family, Voces de la calle (Voci della strada)

Para los amigos de Guatemala:
Aquí estan las canciónes que grabamos en el taller de rap. Espero pronto poder editar el vídeo con las imágenes que ha tomado Laura.  
Gracias a todos los que participaron, aprendí mucho de esta experiencia. 
Sólo les digo una última cosacomo hicieron este CD en menos de un mes, ustedes pueden hacer muchas otras cosas. Sólo tienen que creer en sí mismosenfrentar el miedoluchar, siempre levantarse cuando se caen. Lo sé: hacerlo no es tan fácil como decirlo...
Hasta pronto y suerte,
Andre

Per gli amici italiani:
A dire la verità tutta intera, l'idea l'ha avuta Lambros, un volontario di Salerno più audace e più loquace di me. Un mesetto fa si chiacchierava a tavola con Duglas, un ragazzo amante della musica rap, ed è venuta fuori la proposta: perché non fare un laboratorio di rap? La cosa sembrava un po' fuori portata: io avevo davanti solo un mese di permanenza, non avevamo mezzi tecnici a disposizione e, Duglas a parte, non avevamo idea se la cosa potesse suscitare l'interesse dei ragazzi. L'idea sembrava folle, ma lo stesso io ho detto: ci sto.
Grazie alla sana sfacciataggine di Lambros il Comitato di gestione del Mojoca ci ha dato l'ok e tant'è che alla fine ci siamo trovati con 11 persone (più altri, diciamo, visitatori) e abbiamo tirato fuori qualcosa che ci sembra buono. Quasi nessuno di questi ragazzi aveva mai fatto musica, se non in strada, e nessuno aveva mai registrato niente. Ci siamo trovati alle prese con strofe e ritornelli, microfoni e basi mp3. Con il mio piccolo netbook e con l'impianto voce del Mojoca, dopo aver recuperato qualche adattatore, abbiamo registrato quello che i ragazzi avevano da dire. Chi più chi meno, ma comunque tutti nettamente al di sopra di Fabri Fibra.


No me digas no 

Panda (Alberto)
Yao yao, esto es el Panda,
Representando Mojoca
Por los que están en la droga adicción.
Ahora solo quiero contarle por el mundo entero
Que Jesus Cristo siempre ha estado a mi lado.
Jamás me ha dejado, jamás me ha abandonado.
Porque el está conmigo para siempre, 
mi querido hermano,
Ahora solo quiero contarle para el mundo
Que Jesús Cristo es el rey de todo.
Yo le canto a todos los drogadictos.
Estribillo...
No me digas no,
Lo voy a intentar.
No me digas no, 
Soy soñador.
Todo lo que quiero yo es seguir,
Adelante
Robotin (Yefferson)
La calle se ha vuelto mi hogar
Pero es peligroso caminar
Yo mi vicio lo quiero dejar
Mi sueño es dejar la calle, solo,
Le pido mucho a Dios que cuide a mi mamá.
Yo juré que el amor no existía
En mi vida había solo rencor y tristeza.
Lo se que yo he actuado muy mal
Ahora la vida me quieren quitar.
Estribillo…
Sandy Papo (Sandy)
Gracias Señor, gracias padre,
Porque siempre has cuidado aquel niño abandonado.
Gracias señor te doy, por el alegría,
Por el aire por el sol que me das cada día.
Gracias señor por las nubes y las estrellas.
Siempre me has cuidado a pesar de mi marea.
Se que seré una buena hija cuando tu me toques el corazón.
Estribillo…
Lalo Cross (Hugo)
Tengo el conocimiento ya de la calle
Adaptándome a la vida cada día.
Esperando en Dios, ser mejor
Porque soy un soñador de la vida.
No me digas que tu no tienes un sueño
Por cumplir, por el cual luchar.
Lo único que quiero es seguir luchando 
Por dejar el vicio y la calle.
Estribillo…
Nicky Jan (Duglas)
Yo siempre iba vagabundo por la calle
Y siempre llevo mi purito en la bolsa.
Yo quiero salir de este
Porque todos mis amigos me miran tirado
Me miran hueliendo me miran fumando.
Oye, esto no es bueno para mi
Porque yo quiero salir de donde estoy
Porque ya no quiero seguir en lo mismo
Como siempre.
Estribillo…



No dejo de soñar 

Conejito (Mefi)
Tu sabes mi hermano que yo tengo un sueño
Y lo tengo en lo alto
En la cima yo me paro y a todos los raperos yo les canto
Y con la lucha que yo hago,
Si quieres, mi hermano, cantemos y rapemos
Y nuestros sueños logremos porque con este empiezo,
Empezando cantando y rapando,
Porque gracias al Mojoca yo mis sueños casi ya los he logrado.
Escucha, escucha,
Tu sabes, mi hermano, que día con día nosotros los jóvenes de la calle
Hacemos una lucha para alcanzar nuestros sueños 
Y el mío es ser un rapero.
Estribillo (cyp-riot)
De noche despierto,
No dejo se soñar
Con el frio y la lluvia peleo,
Matar las pesadillas deseo 
Y si hoy la calle me gana,
Lo sé no será así mañana.
Robotin (Yefferson)
De nuevo me levanto
Miro a mi mamá llorando
Le pregunto: “¿que te pasa?”
Y ella me dice: “hijo! Anoche me vinieron a decir
Que si tu no te entregabas nos iban a matar.”
Yo le dije: “No te preocupes!”
Y eso fue el pasado, que ahora se ha alejado.
Lo único que hay que hacer es pedir mucho a Dios
Que nos ayude en lo que hagamos.
Velorio (Byron)
Nuevamente, caminando en la calle
Ando vagabundo como siempre me pare
Con mi paso siempre adelante,
me siento con la droga que soy un gigante,
Mientras tanto me voy hundiendo en la droga
Y mi camino cada vez más en droga
Pero pienso en lo que quiero hacer
Y a veces me pido consejo en nadie.
Que hacer. Siento que las cosas siguen en mi mundo
Soy un vagabundo y con eso respundo.
Y con esto suspiro voy adelante,
Pero ya no voy con el paso de un gigante.
Siempre  ando con el paso de un drogo
Que piensa que hacer con los mojón.
Estribillo
Andrei Away (Andre)
Ciudad de Guatemala, parada de mi viaje,
Déjame cargar tu sonrisa en mi equipaje.
Mañana el Mojoca dejaré
Y caminado por las calles donde sea recordaré
La Bolivar, colchones bajo un techo de metal,
y la Super, el Central, Concordia y Terminal,
Buena gente, ahogada en el solvente
Que no dejen de soñar en una esquina de sus mente.
Estribillo



Ayer no es como hoy

Yanky  (Gilmar)
Tengo 3 anos de estar en la cárcel
Hace dos meses por fin yo salí’,
Pero ahora no tengo trabajo, solo le pido gracias a Dios.
Por las drogas perdí’ a mi familia, ellas no dan a nadie lo bueno,
Solo te llevan a la perdición hasta las garras de tu enemigo.
Querido Dios te pido perdón por lo malo y por mi pasado,
Hubo un día que yo extorsionaba, hubo un día que yo asaltaba.
Mucha gente quería matarme, gracias a Dios, tengo mi vida.
Los demás sigan mi consejo, de mi no se vayan lejos.
Estribillo (cyp-riot y Andrei Away)
Ayer no es como hoy me acuerdo lo que soy
Sin miedo y con mi risa por las calles voy.
Ayer no es como hoy con el Mojoca estoy
Sin miedo al futuro por las calles voy.
Los ojos abiertos yo tengo,
El corazón pulsante, mi cuerpo y sentimiento.
Los sueños sin techo al viento,
Deseo en movimiento, la luz en mí adentro.
Chaparra (Sonia)
Soy una raperita y estoy viviendo al Mojoca
Todos los días para poder seguir a rapear.
No me importa lo que diga la gente,
Porque yo voy a salir adelante.
A mi no me importa lo que digan porque
ellos nos critican porque somos de la calle,
Pero los de la calle sabemos vivir 
compartir con nosotros mismos,
Porque sabemos que son las tristezas y los maltratos.
Unos a otros nos damos cariño y nos damos expresión.
A veces nos formamos como una familia.
Somos de la calle, somos buena onda.
No nos importa lo que diga la gente, 
Porque’ nosotros saldremos adelante.
Estribillo…
El Conejito (Mefi)
Yo yo, el poeta callejero…
Caminando por el tanque siempre bien loco
Porque’ soy marihuanero y me vale poco.
Paso por mi cuadra, me sacan papelillo
Si yo le forjo el purillo.
Tu sabes mi hermano, que yo soy del tanquerillo
Y ahí que nos vivimos con fríos y a mis tíos
No les importa ni un poquito…
Por esto que yo forjo el purito.
Por esto mis compadres me rollan el purito
Y yo a ellos se lo forjo bien forjadito.
Y ahí es por esto que yo lucho,
Y sabes mi hermano, lucho para salir de las calles
Y para regresar con mi familia.
Estribillo
Generi (Toñito)
Quiero salir adelante, librarme de las drogas
De la marihuana , de todas sus esposas.
A que no me gustaría enseñarlo, porque se que esto es malo
Y que siempre esto nos va a ir mal nos va a ir mal.
Porque’ esto es una tragedia y le pasa a todo el mundo.
Mira tu cuerpo lleno de cicatrices queda.
Velorio (Byron)
Ayer deje’ de soñar, olvido mi pasado
Ahora es el presente que siempre a va mi lado.
Gracias a mi Cristo que el no me critica
El siempre siempre esta’ conmigo.
Tumbando mis enemigos porque’ el me ha enseñado
Que las cosas son de hoy, mis sueños están conmigo
Siempre a mi lado.
Por que el me ha enseñado que las metas son ahora
Y no las del pasado.
Estribillo…
Mario 
Dale vuelta a 360, trago más de 7 kilos de cocaína
En mi mente y estoy demente
Y voy en la bicicleta bien loco y de repente
Me para la cura y me pregunta: “¿Y tus papeles?”
Y le digo: “no cargo”.
Y me dice “cárgate a la patrulla!” y le digo
“regálame una llamada para llamar a mi padre”
Y yo de la patulla llame’ a mi padre y ya lo tenia a lado mío y me dijo
“hijo mío, no te preocupes, voy a sacarte de la cárcel pase lo que pase”.
Yo he tenido unos compañeros que me decían:
“No vas a salir de aquí. Te vas a morir”,
Pero yo le dije:” Siempre voy a confiar en Dios porque’ se’ que Dios me ama”
Yo se que Dios puede sacar a ustedes también.
Estribillo…


Movimiento

domenica 15 aprile 2012

Cose che succedono sotto casa (seconda parte)

Alfombra
Il Venerdì Santo la avenida Elena, due corsie per senso di marcia, è chiusa al traffico. Per lunghe ore, fin dal mattino, uomini e donne dalle mani esperte hanno lavorato sotto il sole, chinati sull'asfalto, per disegnare la alfombras, gli enormi tappeti fatti di segatura colorata, fiori o frutta, ricchi di composizioni e decorazioni a volte complesse e dalla precisione impressionante. 
I lavori finiscono appena in tempo, si ritirano le assi di legno usate per tracciare le linee rette, le corde, i ponteggi alti venti centimetri usati per poter lavorare al centro dei tappeti senza calpestarli, i secchi con gli avanzi di segatura e tutto il resto. Ed è un po' come quando il carrozziere tira via lo scotch dai cristalli e dai fanali e rimane l'opera, intonsa e lucente. Ma tra non molto, questione di minuti, tutto sarà spazzato via dalla processione, che calpesterà le minuziose geometrie, e dagli addetti del Comune, che seguono il corteo armati di scope, palette e sacchi, mischiati alle ultime donne velate di nero. Per questa occasione non ci sarà bisogno di bagnare la superficie leggera delle alfombras per difenderla dal vento, perché già ci pensa la pioggia, che con l'avvento dell'estate guatemalteca si fa sempre più spesso viva.
La strada si riempie in fretta di spettatori vestiti di scuro e inizia l'attesa: donne anziane col seggiolino portato da casa si guadagnano la prima fila, venditori di dolci urlano i loro prezzi mostrando l'espositore a tracolla, i bambini si rincorrono e gli adulti discorrono. E là in mezzo ci siamo anche noi due musi bianchi, rispettivamente in braghette corte e con la felpa rossa dei Chicago Bulls.

Passano le andas, enormi tavole in legno massello simili a bare giganti, al di sopra delle quali si trovano delle statue che raffigurano le diverse fasi della Passione di Cristo, portate a spalla da uomini vestiti con tuniche viola o da donne vestite di nero. Queste ultime portano andas più piccole, generalmente dedicate a Maria. Ogni anda è guidata da un coreografo, diciamo così, che dà il segnale di fermarsi o ripartire, gestisce i cambi tra i portatori e dirige l'ondeggiare al ritmo della marcia funebre suonata dalla banda. Seguono ogni carro anche gli "addetti ai cavi", anche loro vestiti di viola, armati di lunghissimi bastoni le cui estremità somigliano a forche e con i quali sollevano i cavi dell'alta tensione, per evitare che la croce ci si impigli o che Gesù muoia fulminato prima del tempo.
La  più grande delle andas ha le dimensioni di un trasporto eccezionale e per svoltare al semaforo dove siamo appostati noi ha bisogno di un paio di manovre. Affaticato e fiero sotto il suo peso troviamo anche Erick, che per poterci essere ha pagato quindici quetzales. Sopra la "sua" anda è raffigurata la scena in cui Cristo viene deposto dalla croce. Erick è concentrato sulla respirazione, guarda i propri passi e sopporta la fatica, mentre la pioggia gli squaglia il gel e glielo cola sulla faccia. E a me a vederlo viene in mente un ricordo della sua infanzia, che proprio pochi giorni fa mi ha raccontato.
All'età di otto anni se n'era da poco andato di casa, per via delle botte che prendeva dalla nonna, dal cugino e dalla stessa madre. Ma le sorelle maggiori, quando lo trovavano in giro per la città, lo riportavano a casa. E lì di nuovo erano botte e castighi crudeli, come l'obbligo di stare inginocchiato sul mais o cose del genere. Ma in una di queste occasioni sua nonna e sua mamma hanno pensato bene di "crocifiggerlo a una colonna, proprio come Gesù Cristo", legandolo da dietro con delle corde e lasciandolo lì così. Questo mi viene in mente a vederlo faticare là sotto quel legno pesantissimo, sotto il cristo liberato dai chiodi e, finalmente, tra le braccia di sua madre.

giovedì 12 aprile 2012

Emergenza

Oggi, giovedì 12 aprile 2012, è accaduto l'inevitabile. La nostra scorta di caffè Lavazza qualità rossa è finita.
Per paracadutare un aiuto, ecco le coordinate di casa nostra:
+14° 38' 23.62", -90° 31' 18.40"





venerdì 6 aprile 2012

Cose che succedono sotto casa (prima parte)

La 12 Calle A è una strada breve e di per sé tranquilla, una delle poche ad avere un inizio e una fine. Nel senso che nel reticolato di Città del Guatemala, fatto per lo più di strade parallele e perpendicolari che attraversano l'intera città, la 12A non è che una traversa della trafficata Avenida Helena, e va a sbattere dopo un centinaio di metri contro il muro dell'Università, per poi riprendere dall'altra parte, con il nome di 12B.

Il tale che non sappiamo come si chiama cura le auto e le lava, nel suo parcheggio privato a pochi metri da casa nostra. Incontrarlo è un rito. “Buenos dias”, gli diciamo noi. “Muy buenos dias”, risponde lui sospendendo qualsiasi attività e facendo un mezzo inchino con la testa. “Que le vaya bien” (che le vada bene), aggiunge poi, sempre sorridendo. Che sia seduto all'ombra sul gradino di casa, impegnato in una conversazione, o che stia intingendo nel secchio lo straccio da passare sulle portiere della carretta di turno, si ferma e fa la sua pantomima. E al ritorno uguale: “Muy buenas tardes, que le vaya bien”. Ma se passo io da solo, senza Laura, è molto meno ossequioso. “Buenas” dice, punto e stop, continuando a fare quel che stava facendo. A me sta anche meglio così, che sia chiaro, ma: dov'è il confine tra le formalità nelle relazioni di genere e la schizofrenia?
L'altro ieri lungo il marciapiede c'era più gente del solito, tutti sulla porta a parlare, a far finta di niente. Tutti concentrati su un evento, e noi non capivamo quale.
Più o meno a metà strada passiamo accanto ad un pick-up della polizia, con un paio di agenti appoggiati alla fiancata in attesa di qualcosa. Nello stesso momento da una porta escono altri due poliziotti. In mezzo a loro un ragazzo con meno di vent'anni. Ci passano davanti a pochi centimetri. Il ragazzo ha ai piedi una scarpa sola e le mani legate dietro la schiena con le stringhe dell'altra. Lo caricano sul cassone e se ne vanno via. La gente rientra, scambiando saluti e qualche ultimo commento.

martedì 3 aprile 2012

Via dalla città II (Monterrico, Guatemala)

Ci siamo presi due giorni di vacanza. Non da soli: con tutto il personale del Mojoca, alle sette di giovedì mattina, siamo saliti sull’ex scuolabus statunitense, modello “Blue bird”. Puntualmente, siamo partiti con due ore di ritardo, aspettando quelli che per varie ragioni erano rimasti con la testa incollata al cuscino. Destinazione Monterrico, sulla costa sud.
Ho già avuto modo di ripetere che Città del Guatemala è un luogo orrendo: una città corrotta e violenta, dove la bellezza è calpestata e umiliata. Una città di sbarre, fucili a pompa e vetri polarizzati. E poveracci, cani zoppi, gente disincantata che cammina guardandosi alle spalle. Poi è pur vero che c’è la Sesta Avenida, chiusa al traffico e splendente di vetrine, piena di artisti di strada e benessere occidentale; c’è la cattedrale, davanti al Parque Central, bianca e maestosa; c'è il grigio palazzo del Governo, con la sua enorme bandiera a sventolare. Come se il contraltare della miseria e della violenza sia poter, finalmente, accedere a quel vendere e comprare televisori al plasma, o rispecchiarsi nei marmi dell'opulenza della Nazione o della Chiesa.
E così prendo aria: via dalla città un’altra volta. Lungo la strada, fuori dai finestrini dello scuolabus, passano vulcani e montagne, fiumi e villaggi, agglomerati di negozi pitturati di blu per fare pubblicità alla compagnia telefonica Tigo e case col tetto di lamiera o di paglia. La giornata è di sole e promette bene; l'umore della brigata è fin troppo allegro e le casse Pioneer, ormai sfondate, diffondono reggaeton a tutto volume (questo non impedisce a qualche anima molesta di intimare all'autista di alzare un po').
Arrivati a destinazione ci avventuriamo (tutti e trenta, con la discrezione di un gregge di vacche dotate di campana) nel piccolo villaggio, che consiste in due file di case e negozi ai due lati dell'unica strada. C'è poi un piccolo cimitero di tombe malandate, pitturate di rosa, verde o azzurro, pieno di bottiglie vuote e altri rifiuti. Prendiamo posto in un ristorante verso l'una. Alle tre (i tempi tecnici vanno sempre rispettati) arriva il mio pesce fritto: enorme, squisito. Non ne è rimasto che un occhio e qualche lisca.

Il finlandese padrone dell'hotel ha gli occhi color del ghiaccio e un portamento da SS, a dispetto della camicia hawaiiana aperta che lascia in bella mostra il pelo brizzolato. Mi chiedo per quali vie sia arrivato da così lontano a scegliersi questa vita, a mettere in piedi questo suo “Atelier del Mar”, con due piscine e a dieci passi dalla spiaggia, dove la sera puoi sdraiarti sull'amaca, sotto le palme, e ascoltare i tonfi brutali dell'Oceano.
L'Oceano, appunto. Lo chiamano Pacifico, ma è meglio non dargli troppa confidenza. Meglio spiaggiarsi tipo orca e lasciarsi frullare un po’ ad un metro dalla riva, senza perdere il contatto con la sabbia del fondo. Sabbia più scura e più grossa della nostra sabbia romagnola, ma non meno piacevole sulla pelle. Poi si può sempre trovarsi un posto appartato nella spiaggia immensa e starsene lì a seccare, a guardare il mare. Quando s'alza l'onda, dentro ci si può vedere una superficie satinata con venature che vanno dal verde metallizzato FIAT al rosso delle foglie d'autunno, dal giallo degli occhi dei gatti al blu, quello sì, del mare.